Hablemos del cuento 1
(Con perchita incluida)
El personaje
Cuando escribimos juntos, generalmente uno cuenta la idea que se le ocurrió y el otro comienza a imaginar. Luego viene una etapa hermosa: las preguntas.
¿Para qué sirven estas preguntas? Para darle vida al texto. Por ejemplo, el lugar: ¿Es de noche o de día? ¿Hay gente? ¿Llueve? El personaje: ¿Es joven, viejo, está solo, es feliz, tiene algo que esconde, es extrovertido, tiene algún pasatiempo? Todos estos datos nos servirán para delinear nuestra historia, pero ojo: en un cuento los detalles no deben abundar, si el personaje es viejo, no hay por qué describirlo hasta amodorrar al lector, bastarán pocas palabras y, dentro de lo posible, tratar de ser originales. Continuemos con nuestro personaje: es viejo. Bien. ¿De qué manera podríamos decirle al lector que es viejo sin utilizar esta palabra y sin que la descripción sea larga y tediosa?
Es importante “bosquejar” las aristas sicológicas del personaje, serán necesarias para situarlo en el contexto del cuento. Podemos hacerlo por medio de un diálogo, alguna actitud, la forma de hablar.
Ejemplo:
Hernán arrastró los pies –y su historia de casi un siglo- por la habitación hasta llegar a la mecedora. Antes, cuando Marga estaba solían tomar mate y leer la edición vespertina del diario, mientras la radio les regalaba sus tangos favoritos. Ahora llueve por todos lados.
¿Qué ves en Hernán, cómo lo describirías, qué es lo que le está pasando?
Otro:
Christian tenía una mirada de brillantina, pícara; movía las manos como los sensibles cuando quieren espantar de su derredor libélulas sin hacerles daño; su voz siempre secreteando y esa sonrisa espantosa, indescriptible, sonrisa de alguien que no quiere sonreír.
¿Cómo definirías a Christian?
Christian: homosexual, histérico reprimido, falluto, interesado.
ResponderEliminarHernán: viejo bien viejo, solo, deprimido, aburrido, o tiene goteras o delira o quizás llora, me juego por esto último.
Fantástico esto, les agradezco, no sé hasta que punto yo pueda ponerlo en práctica, pero como aporte es fenomenal.
Hernán es un hombre derrotado pero que busca un detalle de elegancia para el final de sus días.
ResponderEliminarCHristian se me ocurre un interrogante gigante, el hombre que es lo que no es, el que oculta todo el tiempo su verdadera cara.
Vero.
Hernán: Sufre soledad, abandono. Se deja llevar por la inercia, la costumbre.Le gusta el tango y estoy segura de que, a pesar de la ¿desaparición? de Marga, continúa disfrutándolo y de la lectura del diario. La música lo rescata y le permite "volar" mientras toma los matecitos de la tarde. La lluvia...son goteras.La mecedora está rodeada de baldes.
ResponderEliminarChristi+an: Cínico.Finge ser tímido pero es maligno y dañino. También es cruel con los débiles y es pusilánime.Simulador, hipócrita.
Hernán:
ResponderEliminaranciano con problemas físicos típicos de la vejez, nostálgico, con gusto por las cosas simples y en cierta medida rutinarias. Triste.
Christian:
Amanerado en exceso, falso, mentiroso, es escondedor, tal vez tenga un secreto demasiado triste y pesado, por eso simula sonreír pero por dentro no puede.
Hernan es pobre y los años le han apaleado el cuerpo. Está cansado de vivir. Su soledad lo entristece y la lleva a cuesta como las goteras de su casa. Espera ansiosamente encontrarse con Marga.
ResponderEliminarCristian no es muy diferente de Hernan en cuanto a su tristeza. Es jóven, divertido, ocurrente y aparatoso. El problema es su sonrisa. Sorie con los dientes y no con la cara. De él, es la única expresión que miente.
El problema de Christian es su deformidad física, está resentido porque le dicen Notre Dame por su gran parecido al jorobado. Su maldad es una pantalla para disimular su resentimiento. En el fondo es bueno...claro, muy en el fondo y de vez en cuando esa belleza interior aflora.De todas maneras los hechos malignos prevalecen y sus "herejías" suelen destacarse por la crueldad y por el no aceptar luego la responsabilidad de los hechos.
ResponderEliminarLa última maldad de Christian fue promover el asentamiento de comadrejas en el techo de Hernán. Los animales destrozaron el ¿roberoi? y así lo tenemos al pobre anciano rodeado de goteras.Sin embargo, el joven está arrepentido y aunque nadie se va a enterar nunca, su modo de perdir perdón fue traer los baldes para que no se inundara la habitación de Hernán.
ResponderEliminarChristian: además de las caracterísiticas que aporta Abulorio cuenta con un detalle extraordinario que lo hace aún más particular: el color de sus ojos, indescriptiblemente bellos.
ResponderEliminar¡Qué bueno que salió este pequeño ejercicio! ¿Vieron cuánto pudieron imaginar de los personajes? Aunque hubo algunas coincidencias, cada uno los imaginó distintos. Mis felicitaciones y mis gracias por participar.
ResponderEliminarHabrá un nuevo ejercicio en base a éste.
Buen fin de semana :)
El Ropero
Me encantó este ejercicio. Estoy segura de que, en el próximo, nos soltaremos más.
ResponderEliminarHernán parece ser un nostálgico, soñador y depresivo, para quién las ausencias aumentan sus males. A Marga, cuando la evoca, le llueven los recuerdos, el sabor amargo de un mate, la letra de un tango “¡Qué bronca, saber que el tiempo se va y abandonar la pelea, antes de último round!” Arrastra los pies, como arrastra los recuerdos, las ausencias y su propia soledad. Un anciano triste y taciturno, para quién vivir en el pasado, parece ser la única medicina.
ResponderEliminarChristian, un nombre extranjero, extraño como su proceder, sonreír entre dientes, es reírse como las hienas. Pero aunque quedaran dudas acerca de su espantosa sonrisa se le suma el hablar en susurros, como escondiendo vilezas. Me hace pensar en un villano, miserable y embaucador. Un psicópata, con una gran frialdad emocional, un manipulador, a quién le satisface, la sensación de control y poder sobre los demás
El opción de Melissa...muy buena.
ResponderEliminarChe, háganse mirar los prejuicios. Pobre christian, le dieron como en bolsa!
ResponderEliminarSi revisan la consigna, notarán que apenas hablamos de su sonrisa. Lo de la joroba no será mucho?
Ah, me olvidaba, me enteré que Christian saquea tumbas por las noches, pero lo único que le interesan son los anillos de los muertos.
No Abulorio porque en el fondo...muuuuyyyyyyyyy en el fondo Christian es bueno y bien se sabe que lo que importa es lo de adentro.
ResponderEliminarY eso no es nada anda intercambiando cadáveres descompuestos de una tumba a la otra...una broma a los deudos. Cuando vienen a limpiarles los nichos los encuentran sentaditos como esperándolos.