La vaca
Estaba la vaquillona rumiando sus sinsabores, cuando de pronto vio que se acercaba un chiquillo, de esos que andan por ahí, lejos del cuidado de sus progenitores.
-Che vaquita.- dijo el niño.
La vaca se dio vuelta con sus casi 600 Kg., y lo miró mal al chico.
-Momentito mocoso, que no soy vaquita ¡Soy Vaca!
-Pero a mí me gusta decirle vaquita-
-Nene- dijo la vaca-Las vaquitas son las que vuelan, las de San Antonio-
Ah- dijo el nene – ¿Y para qué sirven?
-Para nada nene, esos bichos vuelan nomás-
Ah.- ¿Y Usted señora vaca nos da la leche y la carne?-
-Si pibe, si fuera eso solamente- ustedes los humanos nos tendrían que idolatrar, sin nosotros ustedes no podrían vivir-
-¿Es para tanto señora vaca?
-Si nene- Me pregunto que estudian ustedes en la escuela?
-¿Por?-
-¿Cómo por? Nosotros damos la leche, el dulce de leche, la crema, el queso, el yogurt, la carne, el cuero. ¡No es poca cosa querido!
Ah- dijo el nene. ¡Cuánta utilidad! Usted sí que es ventajosa.
Y pibe cómo me querés comparar con un insecto, que lo único que hace es comer pulgones.
-No, eso solo no, dicen que traen buena suerte y también que al que las mata les traen desgracias.
-Bueno, no será para tanto.-Será mejor que ustedes empiecen a aprender un poco más de nosotras y no tanto de esos bichos de colores que solo sirven para asustar a otros bichos.
-¡Qué carácter!- dijo el chico.
-¡Qué irrespetuoso!- dijo la vaca rumiando sus pensamientos.
Melissa
Muy bien logrado el mal carácter de la vaquillona. Me encantó.
ResponderEliminarEl domingo me invitaron a un asado tan duro que no estoy seguro si no me comí la tablita. Ahora pienso que debe haber sido una vaca como esta, dura la chica, eh.
ResponderEliminarDivertido, tal vez por el carácter de la vaca es que soy vegetariana.
ResponderEliminarVero-vegetando.