ACENTUACIÓN 2
Primero los ejemplos, que si te fijás bien, bastan para una explicación “roperística”
-¿Cómo te fue anoche?
-Ni me hablés, me fue como el diablo.
-¡Cómo! ¿Tan mal?
-Peor…
-Contame, ¿qué pasó?
-Pasó que fuimos a cenar.
-Ajá ¿Dónde?
-Al restorán donde hicimos la fiesta de fin de año ¿Te acordás?
-Hermoso lugar, sí.
-Ella hace unos días me preguntó: ¿cuándo saldremos a cenar? Le dije que cuando cobrara el sueldo. Hasta ahí todo bien.
-¿Y?
-Quedamos en encontrarnos en el restorán, como tardaba demasiado le mandé un mensaje al celular que decía: “¿Cuánto te falta?” ¿Sabés qué me contestó?
-No...
-“En cuanto lleguen Fernando y Graciela salimos”.
-¿Quiénes?
-El hermano y la novia, quienes no me caen nada simpáticos.
-¿Por qué?
-No sé por qué, creo que porque tienen una conversación superflua, aburrida.
-Vos siempre el mismo, tené un poquito más de paciencia, che.
-¿Qué pensarías si ni bien los conocés lo primero que te preguntan es cuál es tu auto? Te juro que me cayó cual hipopótamo desde el cielo. ¿Qué les interesa?
-¡Qué incómodo te habrás sentido!
Bueno, ahora la explicación del ropero:
Estas palabras se llaman adverbios (no ahondaremos ahora en qué clase de adverbios son) y llevan acento cuando conforman una pregunta o una exclamación.
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